lunes, 5 de mayo de 2008

De sudaderas a trajes sudados

Dos, tres y hasta cuatro carreras seguidas. Se detiene unos instantes, se sienta en el césped y hace 30 abdominales. Parece que el sol a las 11 de la mañana en el Parque de las Rosas es un privilegio para algunos deportistas espontáneos. Pero esta persona no es una más. Sus 15 años en el fútbol de elite han hecho de Ander Garitano un hombre de 38 años con un físico que muchos chicos de 20 querrían tener. Su sudadera vieja de su época como jugador y unos pantalones cortos no menos antiguos sólo dejan vislumbrar unos gemelos bien marcados, como rocas tras más de 40 minutos de intenso ejercicio. Una actividad que realiza al menos tres veces a la semana.

De repente ve a dos personas a lo lejos. Levanta la mano de manera efusiva, mientras grita: “¿Qué tal?”. Un saludo mucho más elegante del que se suele dar entre dos zaragozanos de pura cepa. Uno de ellos no llega al metro 70, sin tan siquiera haber encogido con la edad. Ataviado con un traje y un pequeño escudo del Real Zaragoza, su cuello es invisible, al igual que lo fue como delantero en sus buenos tiempos. Miguel Pardeza ahora encarna el papel de director técnico de una entidad que no luce tan bien como la temporada pasada. Un rol del que no se desprende ni con sus amigos. El tercero es más alto que los otros dos, de físico contundente y esbelto. Lleva un jersey claro y unos vaqueros no muy ajustados que lleva con cierto estilo, pero sin llegar a la ya pasada moda metrosexual. Con esa indumentaria, se podría dedicar a cualquier cosa, y en cierto modo eso es lo que ocurre. Xavi Aguado es representante de jugadores, colaborador de deportes en medios regionales de Aragón y dueño de una bodega, la verdadera pasión por la que no ha vuelto a Sabadell. Un pluriempleado moderno. Se retiró hace cuatro años y se sirve de su todavía eficacia como central para ganar campeonatos de aficionados.

Mantienen una conversación en la que intercambian bromas y risas. Pero desde luego esa reunión no es del todo improvisada. Nadie aparece por casualidad en un parque protegido por edificios de más de diez pisos, nadie de esa zona residencial. Se nota que Aguado fue el único que convivió en el vestuario con ambos ex-futbolistas. El nexo que unió a los otros dos en la trayectoria del club. Responde ante lo que dice Pardeza a la izquierda y a lo que Garitano le comenta a su derecha, y los tres acaban sonriendo Es omnipresente. El último gran capitán de un equipo que consiguió los mayores éxitos de la historia zaragocista. Once años que le sirvieron para ganarse a muchos aficionados, seguidores que todavía le piden autógrafos cuando se lo encuentran en los campos de fútbol de la Federación.

Sin embargo, entre Garitano y Pardeza no existe esa química lograda por Aguado. Garitano se mantiene serio y firme ante el que fuera su superior. A Pardeza no se le puede iluminar la cara, tiene la soga a su cuello inexistente. El carácter del ex-centrocampista vasco ayuda en gran medida. Su sobriedad ha sido uno de los rasgos de Garitano durante seis años, hasta el ocaso de su carrera. Aguado les corta continuamente con su irreverencia. Habla día sí y día también sobre el club, pero no es su asalariado, no depende de él.

La charla se alarga unos 20 minutos. Con un par de palmadas en la espalda a Garitano, se despiden dos de los ganadores de la Recopa, que habían interrumpido la noble actividad del ahora entrenador. Cuando se marchan, Garitano ni mira hacia atrás. Prosigue con sus sprints tras haber estirado un poco. Se había quedado frío. Hace ya años que cambio el histórico león de San Mamés, para representar a un león más joven: el que lleva en esa sudadera vieja. “Aquí uno está también muy bien”, comenta Garitano de forma tosca. Por eso se fue de la ciudad donde creció. Termina con unas lumbares cuando su cara está brillante desde hace tiempo.

Aguado y Garitano suelen hacer mucho ejercicio. Siguen sudando la camiseta. Pero Pardeza es el que tiene más razones para rezumar con ese traje.

6 comentarios:

Javier Calvo dijo...

vaya post más literario, me gusta, me gusta...
Un saludo.

LMG dijo...

Muy bueno porque a mí que no me gusta nada el fútbol has hecho que me lo lea.
Un saludo,
Luis M. Gabás

Anónimo dijo...

Necesito fotos para poder leerlo.

Pero...incluso a los huérfanos del balón -y a los que no sabemos qué es un maldito fuera de juego- nos resulta interesante por el modo en el que está escrito.

Javier de Sola dijo...

Algo diferente a lo que se suele escribir. Se agradece mucho. Con alguna foto todavía se agradecería más. Aún así, me han quedado ganas de leer la siguiente entrada.
Suerte con el blog.

Anónimo dijo...

Muy buena crónica social. Como señalan otros comentarios me he quedado con ganasde leer una segunda parte de "De sudaderas a trajes sudados". Las fotos se agradecen pero la verdad que esta entrada es de cómoda lectura se lee de manera rápida sin ellas. Eso, seguramente, se deba a tu pericia. Sigue así campeón.

Anónimo dijo...

ajajajaj, me rio hasta que me acuerdo de como va el Zara.... Aiii el cruel devenir posfutbolístico, que le pregunten a Pichón...